Mi buen amigo Martin Beltrán, ha escrito este recuerdo de nuestro pueblo, él es un enamorado de Villalba, como muchos de los que no vivimos en nuestro pueblo, por diferentes motivos.
Me ha encantado y por eso lo he puesto para que disfrutéis del recuerdo de un villalbero afincado en Cataluña, pero con el corazón en la calle Palomar.
CAMINAR UN RECUERDO
Por las calles de un
recuerdo.
Para evitar la luz,
voy cambiando de
aceras.
Entre paredes
blancas,
y un cielo azul
purísimo,
se recortan las
sombras.
Reconozco el perfil
de muchas gentes,
solo con ver sus
sombras.
El día que perdí mi
sombra,
fué culpa de la luz,
estoy seguro.
Reconocer tu sombra,
es lo más importante.
Por eso yo camino,
las calles de un
recuerdo.
Yo camino, subiendo,
calle Santa María,
hasta la plaza.
Camino hacia los
porches,
calle Rafael Tenorio,
el bar de la Pepeta,
Descanso en la
cancela,
del cine Martinito.
Y vuelvo de nuevo
hasta la plaza.
O bien:
Cruzo por la calleja
de las monjas,
subiendo el Palomar,
bajar por el Molino
hasta los porches.
O mejor aún:
Subir al pinadero,
hasta mi tita Pepa,
pasar un momentito,
a la bodega, de un
amigo.
Asomarme a la viña,
y ver el cementerio,
donde descansa el
tiempo ya pasado.
Bajar por los
Vicentes,
calle La fuente
abajo,
y tomar unos vinos,
en un sitio
tranquilo.
Ya de vuelta a mi
casa,
echarnos unas risas.
Sentados por los
porches
ver pasar todo un
pueblo.
Subiendo de nuevo
Por la calleja del
Molino,
encontrarte a tu
sombra,
en los muros
desnudos,
de la tapia las
monjas.
Una vez en mi casa,
achuchar a mi madre.
Y beber en la lata,
un trago de agua
dulce,
mientras espero un
rato,
a sentarme a comer en
la mesa.
Camino y al caminar,
por las calles de un
recuerdo,
me acompaña mi sombra
y para conocerla
ya no evito la luz y
por esto,
voy cambiando de
aceras.
Entre paredes
blancas,
y un cielo azul
purísimo.
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